viernes, 4 de julio de 2008
La Cándida Erendira, los militares del 4 de febrero y nuestra Revolución
“Eréndira no lo había oído. Iba corriendo contra el viento, más veloz que un venado, y ninguna voz de este mundo la podía detener. Pasó corriendo sin volver la cabeza por el vapor ardiente de los charcos de salitre, por los cráteres de talco, por el sopor de los palafitos, hasta que se acabaron las ciencias naturales del mar y empezó el desierto, pero todavía siguió corriendo con el chaleco de oro más allá de los vientos áridos y los atardeceres de nunca acabar, y jamás se volvió a tener la menor noticia de ella ni se encontró el vestigio más ínfimo de su desgracia.”
(Fragmento final de la Increíble historia de la cándida Erendira y su abuela desalmada” de Gabriel García Márquez)
Como buen lector siempre tengo presente a Gabriel García Márquez, tanto así que actualmente estoy releyendo por octava vez “Cien años de Soledad”. Los pocos que me leen se han dado cuenta que estoy haciendo fuertes críticas a nuestro proceso revolucionario, porque considero que es mi deber como patriota convencido que la cosa ya debe pasar de lo cosmético a lo real, y que esa revolución se convierta en la concreción de los anhelos de nuestro pueblo, así muchos no sepan ni que carajos es. Pero cuando el cambio es verdadero, hasta el más indiferente lo siente.
Me estaba bañando esta mañana cuando se me ocurrió pensar en la candida Erendira y su abuela desalmada, uno de los cuentos más aterradores de “El Gabo”. Para los que no la recuerdan trata sobre una adolescente que por accidente dejó caer una vela, creo, sobre unas cortinas y se le quemó el rancho a su abuela. La abuela desalmada la condenó a acostarse con 15 hombres diarios durante 65 años, hasta que le pagara el rancho.
Eso me trae a la memoria que es lo que nos está pasando con los militares que acompañaron al comandante Chávez el 04 de febrero de 1992. Son ominipresentes, los colocan en todos los cargos posibles, si fracasan en uno lo ponen en otro, pero jamás pueden quedar desempleados, claro está, a menos que salten la talanquera forrados de billetes. ¿Por qué el simil con cándida Erendira la abuela desalmada? Porque me da la impresión que la cándida Erendira que en este caso es Venezuela tendrá que acostarse con ellos per secula seculo, para pagarles el hecho de haberse alzado en ese fallido golpe, que si bien marcó el destino del país, no es menos cierto que muchos de ellos participaron obedeciendo a la cadena de mando.
Entonces, uno maldice no haber sido militar, a decir, verdad, nunca me gustó esa carrera, porque a mi no me gusta obedecer mucho, lo cual no quiere decir, que no respete la disciplina, pero como tengo mi raciocinio, prefiero hacer las cosas cuando estoy convencido de ellas y no porque alguien me las ordena.
Pero, coño, ¿y es que los civiles no servimos? ¿Es que los militares son impolutos? Quien yo sepa los genes y el fenotipo de los militares es el mismo de cualquiera de nosotros, por lo tanto los anima el mismo aire y la misma cultura. Por lo tanto, el comportamiento de un militar no dista del resto de los venezolanos. Pero el comandante piensa que ellos son mejores que nosotros, y a las pruebas me remito. Revisen la conformación del gabinete, las alcaldías y las gobernaciones. En la administración buena o mala, no ha tenido nada que ver el hecho de que sean militares o civiles, la corrupción es la misma. Solo que los militares como que son más discretos y entierran su mierda como los gatos.
Y después no quieren que digan que nos están militarizando. Todos los militares del 04 de febrero son patriotas. ¿Y todos los pendejos que estuvimos llevando verga de los adecos y los copeyanos, tan marginados en esa época como ahora? ¿Qué carajo hacen con nosotros, los inservibles? O solo servimos para gritar: ¡UUUU AAAAh, Chávez no se va!!! Nunca me han gustado los lugares comunes y mucho menos las consignas vacías.
El comandante Chávez ha hecho un gran aporte a las luchas del pueblo venezolano, pero le voy a repetir lo que decía en el artículo del lunes 30/06: No se olvide que un gran porcentaje del pueblo venezolano confía ciegamente en usted, pero el amor acaba, y entre más intenso sea, la caída es más dura.
Yo solo le puedo decir humildemente a lo Ali Primera: “Vuelva a su canto de turupial”. No se va a sostener un liderazgo con puras arengas que despiertan los instintos primarios, para que nos emocionemos, cuando vemos a los organismos plagados de funcionarios ineptos, las misiones que no funcionan como deben, el Mercal donde cada corrupto es más corrupto que el anterior. No es que le voy a echar todas las culpas, porque un solo palo no hace montaña, pero el anillo de poder que lo rodea, lo está haciendo inaccesible, así usted reúna a todos los grupos sociales para que lo escuchen. Hace falta la revolución dentro de la revolución, porque sino se lo va a llevar por delante a usted mismo, comandante, la historia en ese sentido es implacable.
Y me pregunto: ¿Y quién coño nos escucha a nosotros? Porque hemos sido testigos que cuando a alguien se le ocurre hacer una denuncia ante usted mismo, la actitud que toma es la del avestruz, meter la cabeza dentro de la tierra para no escuchar. Confucio decía que por algo Dios nos dio una boca y dos orejas, porque es más importante escuchar que hablar.
“En una revolución si es verdadera, se triunfa o se muere” (Che Guevara)
Con una revolución tan “cuca” como esta yo dudo que lleguemos a la mitad de lo que duró la IV República. Lo malo de los fracasos es que los pagamos todos, los que administraron y los que no. Aunque los que administraron se les hace más fácil tomar un avión e irse pa´l coño, a disfrutar sus reales.
Pregunta final de este dolotorio (no se si esta palabra existe) artículo: ¿Hasta cuándo nos tenemos que acostar con los próceres del 04 de febrero?
Pedro Querales C.
C. I. 3.638.188
La revolución y el desencanto.
“… y me ha quedado un dolor,
Más que un dolor un desvelo
Al saber que yo he cambiado,
Pero no ha cambiado el pueblo.
(Enrique Hidalgo, Mi suma y la de Juan)
La verdad es que me siento más que desencantado, aunque esto no es nada nuevo, por más que uno quiere hacerse el loco, la realidad está allí. Y voy a decir algo que puede parecer irrespetuoso: Nuestro comandante presidente es retardado, cegato o es que simplemente se hace el loco. Yo estuve en Nagua Nagua a principios del año pasado, en un foro sobre la TV que queremos. Y ninguno de mis camaradas de los diversos puntos de la geografía carabobeña estaban de acuerdo con la gestión del Gral. Acosta Carléz, y todos coincidían que estaba aliado con las cúpulas económicas del eje Valencia-Maracay. Pero nadie dice nada porque era compadre del Comandante Presidente.
Por otro lado, la diputada Iris Varela se cansó de denunciar las irregularidades del gobernador de Guárico, Eduardo Manuitt. Pero El comandante cada vez que le nombraban esas irregularidades, hacia lo que en lenguaje militar se conoce como “vista a la izquierda”.
Podríamos llenar miles de cuartillas ilustrando ejemplos.
Claro, a estas alturas ya me deben estar acusando de traidor. Claro, es más fácil descalificar a un militante desempleado y sin poder, quien tiene mucho tiempo esperando un cambio real de la realidad nacional.
Porque, es justo de decirlo de una vez por todas: Esta revolución ha creado una nueva casta de oligarcas, disfrazados de revolucionarios, pero el ojo clínico del comandante, solo es capaz de apreciar eso cuando el susodicho ha saltado de manera notoria, evidente y con las alforjas llenas se va al otro lado, es decir, que salta la talanquera. No tengo humor para comenzar a citar los nombres, ustedes conocen todos los casos, y para variar: NINGÚN PRESO.
Entonces, ¿qué clase de revolución estamos haciendo? Y esos discursos encendidos donde nos mandan a morir por esta revolución, mientras los nuevos oligarcas, nuestros oligarcas hacen su agosto, septiembre, noviembre y diciembre, en nombre de la manoseada revolución. ¿Qué dirían Allende y el Che?, quienes han recibido merecidos homenajes, en este mes, gracias a sus luchas militantes, en las que ambos cayeron gloriosamente, con dignidad y pundonor.
¿Qué diferencia existe entre, digamos Vinicio Carrera Arismendi, exministro de Luis Herrera y cualquiera de los traidores de este gobierno? Me perdonan, o mejor dicho, no me perdonen un coño: YO NO VEO NINGUNA.
Pero mientras Vinicio Carrera, por lo menos lo satanizaron hasta el cansancio, nuestros nuevos corruptos, siguen jodiendo, ricos y tratando de tumbar un gobierno que hasta hace muy poco defendían. Yo veo a algunos de ellos, a los que el comandante exalta como patriotas, intento penetrar dentro de sus rostros, y solo me queda preguntar: ¿Y éste, cuándo se irá? Supongo que hay honrosas excepciones, claro que las hay, pero me parece que los corruptos del gobierno nos superan en poder, en dinero y en agallas, mientras millones de compatriotas fieles, permanecen, o bien desempleados, o bien, muy marginados dentro de sus puestos de trabajo, sintiéndose impotentes ante tanta maldad y codicia.
Entonces, tengo que creer lo que me han dicho unos buenos amigos, que el comandante, solo está en el gobierno como figura que encarna la esperanza, eso para ellos y por ahora… es my conveniente. Ellos no son brutos, saben que su figura se mantiene muy bien dentro del fervor popular, dentro de ese pueblo que se entusiasma con las arengas y las consignas baratas.
Yo, lamentablemente, no quiero seguir siendo simple comparsa. Creo en la revolución, pero una revolución de verdad, no basada en el estímulo materialista. Yo quiero una revolución en la cual todos seamos convocados, pero no solo para darle vivas al comandante, queremos que nos escuchen, aunque usted no lo crea, comandante, hay dentro de este pueblo gente que piensa y que no le gusta lo que está viendo. Usted no es la única lumbrera, yo respeto mucho lo que usted ha aportado como figura emblemática, como el hombre que logró canalizar todo el descontento que llevó al traste a la IV República, pero tampoco quiero que salga por la puerta de atrás de la historia, si de verdad, no es capaz de interpretar el sentir colectivo, solo por el hecho de defender su puesto como presidente de la República.
“En una revolución, si es verdadera, se triunfa o se muere” (Che Guevara)
Seguiremos escribiendo…
Pedro Querales C.
C. I. 3.638.188
Más que un dolor un desvelo
Al saber que yo he cambiado,
Pero no ha cambiado el pueblo.
(Enrique Hidalgo, Mi suma y la de Juan)
La verdad es que me siento más que desencantado, aunque esto no es nada nuevo, por más que uno quiere hacerse el loco, la realidad está allí. Y voy a decir algo que puede parecer irrespetuoso: Nuestro comandante presidente es retardado, cegato o es que simplemente se hace el loco. Yo estuve en Nagua Nagua a principios del año pasado, en un foro sobre la TV que queremos. Y ninguno de mis camaradas de los diversos puntos de la geografía carabobeña estaban de acuerdo con la gestión del Gral. Acosta Carléz, y todos coincidían que estaba aliado con las cúpulas económicas del eje Valencia-Maracay. Pero nadie dice nada porque era compadre del Comandante Presidente.
Por otro lado, la diputada Iris Varela se cansó de denunciar las irregularidades del gobernador de Guárico, Eduardo Manuitt. Pero El comandante cada vez que le nombraban esas irregularidades, hacia lo que en lenguaje militar se conoce como “vista a la izquierda”.
Podríamos llenar miles de cuartillas ilustrando ejemplos.
Claro, a estas alturas ya me deben estar acusando de traidor. Claro, es más fácil descalificar a un militante desempleado y sin poder, quien tiene mucho tiempo esperando un cambio real de la realidad nacional.
Porque, es justo de decirlo de una vez por todas: Esta revolución ha creado una nueva casta de oligarcas, disfrazados de revolucionarios, pero el ojo clínico del comandante, solo es capaz de apreciar eso cuando el susodicho ha saltado de manera notoria, evidente y con las alforjas llenas se va al otro lado, es decir, que salta la talanquera. No tengo humor para comenzar a citar los nombres, ustedes conocen todos los casos, y para variar: NINGÚN PRESO.
Entonces, ¿qué clase de revolución estamos haciendo? Y esos discursos encendidos donde nos mandan a morir por esta revolución, mientras los nuevos oligarcas, nuestros oligarcas hacen su agosto, septiembre, noviembre y diciembre, en nombre de la manoseada revolución. ¿Qué dirían Allende y el Che?, quienes han recibido merecidos homenajes, en este mes, gracias a sus luchas militantes, en las que ambos cayeron gloriosamente, con dignidad y pundonor.
¿Qué diferencia existe entre, digamos Vinicio Carrera Arismendi, exministro de Luis Herrera y cualquiera de los traidores de este gobierno? Me perdonan, o mejor dicho, no me perdonen un coño: YO NO VEO NINGUNA.
Pero mientras Vinicio Carrera, por lo menos lo satanizaron hasta el cansancio, nuestros nuevos corruptos, siguen jodiendo, ricos y tratando de tumbar un gobierno que hasta hace muy poco defendían. Yo veo a algunos de ellos, a los que el comandante exalta como patriotas, intento penetrar dentro de sus rostros, y solo me queda preguntar: ¿Y éste, cuándo se irá? Supongo que hay honrosas excepciones, claro que las hay, pero me parece que los corruptos del gobierno nos superan en poder, en dinero y en agallas, mientras millones de compatriotas fieles, permanecen, o bien desempleados, o bien, muy marginados dentro de sus puestos de trabajo, sintiéndose impotentes ante tanta maldad y codicia.
Entonces, tengo que creer lo que me han dicho unos buenos amigos, que el comandante, solo está en el gobierno como figura que encarna la esperanza, eso para ellos y por ahora… es my conveniente. Ellos no son brutos, saben que su figura se mantiene muy bien dentro del fervor popular, dentro de ese pueblo que se entusiasma con las arengas y las consignas baratas.
Yo, lamentablemente, no quiero seguir siendo simple comparsa. Creo en la revolución, pero una revolución de verdad, no basada en el estímulo materialista. Yo quiero una revolución en la cual todos seamos convocados, pero no solo para darle vivas al comandante, queremos que nos escuchen, aunque usted no lo crea, comandante, hay dentro de este pueblo gente que piensa y que no le gusta lo que está viendo. Usted no es la única lumbrera, yo respeto mucho lo que usted ha aportado como figura emblemática, como el hombre que logró canalizar todo el descontento que llevó al traste a la IV República, pero tampoco quiero que salga por la puerta de atrás de la historia, si de verdad, no es capaz de interpretar el sentir colectivo, solo por el hecho de defender su puesto como presidente de la República.
“En una revolución, si es verdadera, se triunfa o se muere” (Che Guevara)
Seguiremos escribiendo…
Pedro Querales C.
C. I. 3.638.188
martes, 24 de junio de 2008
¿Sirve para algo la inteligencia?
Entonces tenía en la cabeza la idea del destino escrito:
"lo que tiene que ser serà",
que todo lo que me ocurría era porque estaba ya asignado
y no podía hacer nada para evitarlo.
(Sacado al azar de este blogspot: http://www.lacoctelera.com/despistada/post/2007/04/03/libertad)
Examinó en lo más recóndito de su infuncional cerebro, intentando encontrar algo parecido a una idea. No estaba acostumbrado a pensar. Lo único que le producía satisfacción parecida a la del sexo era el dinero, ganar dinero, acumular dinero, de la manera que fuera. Desde pequeño como todos los niños, a lo mejor tuvo sueños. Pero en algún lugar del camino se le perdieron, se le extraviaron y la cabeza no le dio para salir a buscarlos dentro de la maraña de neuronas que poseía. Naturalmente que la escuela la aburría una enormidad. Y se decía, ¿y eso de aprender para qué?. Las matemáticas, la literatura, la historia, que aburrimiento.
Observaba a su alrededor y veía peñas hípicas, ventas de terminales, bares con putas o sin ellas, y aparentemente, la gente se sentía feliz de hacer eso, ¿y por qué él no?. ¿No es eso lo que llaman cultura? Hacer lo que se hace según lo que te han enseñado a ser o hacer, o algo así.
Lo cierto es que viviendo en una ciudad petrolera, solo había un sueño que no se había extinguido, y que le acompañaba a todas partes: trabajar para la compañía, porque ahí si había billete, para darse los placeres más exquisitos: jugar, beber y mujerear. Por lo menos sus instintos le apuntaban a la heterosexualidad. Lo primero que hizo fue buscarse a un sindicalista y le pagó el precio acordado para entrar a trabajar. Naturalmente que los primeros sueldos se le fueron en pagarle al prestamista. De ahí para adelante: ¡A gozar la vida!
Y para no ser menos que los demás, acumulo lo que llaman la lipasa, mejor conocida en el lenguaje coloquial como barriga. No menos grande que la de los demás trabajadores, a las chicas con tal que uno tenga plata, no les molesta la gordura, total ellas también se ponen gordas,
Pero sentía que algo le faltaba, y se le fue incrustando el gusanito de la política. Total para ser político no hace falta inteligencia, el alcalde de la ciudad tiene muchos años siéndolo, manejando unos veinte verbos, entre ellos: jugar, bicicletear, banquear, viajar, beber, c..ar, tracalear, mentirear, engañar, burlar, comprar (conciencias y votos), mamar, disfrutal, y otros poquitos.
Total, como hay que adaptarse a las circunstancias, llegó un tipo por ahí hablando de revolución, y como para allá cogieron todos, para allá es que es. Y se metió a la profesión para la que aparentemente no se necesita ni saber hablar, ni leer, ni esas cosas que impliquen intelectualidad.
Empezó por el sindicato petrolero, escalando posiciones, vendiendo cartas de trabajo, y todas esas cositas que forman parte de ese submundo. Al cabo de un tiempo era ya referencia para quien quería obtener ciertos favores, a fuerza de brindar whisky de 18 años, a ciertos personajes de la política se fue haciendo conocido. Naturalmente que uno de los medios fundamentales, son las peñas hípicas. Ahí se encontraba lo más granado de la “personajería” de la ciudad. Se aprendió las mañas, el lenguaje, dos verbos más que el alcalde: Revolucionar y socializar, es decir, autoproclamarse socialista, aunque no sabía quién coño eran Carlos Marx, ni Lenín, lo único que sabía es que tenían barba, y claro, Fidel Castro, el dictador de Cuba, claro, eso lo pensaba pero no lo decía, además de las frases: “Viva Chávez”, “rodilla en tierra” y “Daría hasta mi vida por esta revolución” y una serie de discursos encendidos llenos de lugares comunes, ya ustedes los conocen.
Y por debajo de cuerda, la acumulación de dinero, y sobre todo, la mezquindad, no ayudar al prójimo, aunque me proclame socialista, “guevones todos, yo me he jodido mucho para ganarme mi platica y no la voy a compartir con ningún pedigüeño que ande por ahí, por más necesitado que esté, que se joda como yo, si quiere tener”. Mientras Chávez esté en el poder, yo seré chavista, cuando se vaya Chávez, seré cualquier “…ista”, como sufijo del apellido que lleve el nuevo líder. Muerto el rey, vida al rey, he oído decir a algunos más sabihondos que yo en las peñas, “entre palos y alegría”.
“Verga, que sabroso es tener plata, y que todos los demás pendejos te jalen bolas. Ni en mil años trabajando iba a tener lo que he tenido gracias a mi don, los que más saben dicen que se llama “habilidad”. De lo que si tiene que desprenderse uno, es de eso que llaman “escrúpulos”. No se que es, pero debe ser el pequeño remordimiento que me daba cuando jodía a mis primeras víctimas, pero eso se le va quitando a uno con la práctica”
“Tengo dinero, pero me siento vacío. Se que prefiero perder el dinero jugando caballos, a tener que dárselo a alguien necesitado. Me siento vacío. Yo creo que ese vacío se puede llenar, si puedo llegar a alcalde.”
Pedro Querales C.
C. I. 3.638.188
Un pendejo más de esta Tierra de Gracia
miércoles, 11 de junio de 2008
Manuel Rosales, la oposición y su oscuro laberinto
Por: Pedro Querales Cordero.
Anunciando apocalipsis/ van de salvadores
Y si les dejas te puede infaliblemente
Manipulan nuestros sueños y nuestros temores
Sabedores de que el miedo nunca es inocente.
(Joan Manuel Serrat, “Los macaras de la moral”)
La verdad es que no quisiera estar en el pellejo de la oposición. En primer lugar, al “Piro Piro” Manuelito se le ha olvidado que solo es una especie de papel “toilet” para el imperio, muy prescindible, y solo sus similitudes en materia de gazapos que tiene con su padre imperial Bush, parecen hacerlo simpático para ellos. Por cierto hablando de ellos, hace poco inauguró un centro de salud, que “funcionará las 24 horas del día, incluso de noche” y aseguró días antes que quiere ser alcalde de Maracaibo, porque “a mí no me gusta Caracas”. El pobre Pablo Pérez, no encontraba como secarse el sudor, pues a pesar de tener cara de bobo, no deja de sufrir de pena ajena.
Lo más triste de los “líderes” de la oposición, es que cuando los entrevistan en los medios de comunicación lucen más preocupados por la metodología que está usando el PSUV para elegir a sus candidatos, mientras que ellos mismos tienen un verdadero galimatías de apetencias y hambre de poder que les ha hecho perder la perspectiva, lo cual provocará sin dudas que sean aplastados electoralmente en noviembre de 2008.
Una de las cosas que un ser humano debe tener claro, son las limitaciones que tiene desde el punto de vista intelectual, y Manuelito, el “filósofo” está sin lugar a dudas subido de lote, lo cual es muy bueno para quienes militamos en la esperanza de una patria mejor. Mientras más torpe y bruto el enemigo, mucho mejor, aunque la cosa se ponga aburrida. Nosotros le aconsejamos que cuando finalmente llegue al lugar donde merece estar: la cárcel, siga ejercitando ese humor serio que lo ha ido haciendo famoso, y que no deje que se le vuelva pura “buruuuuuuusa” y le saque partido económico, pues mientras, por ejemplo, el “Conde del Guácharo” se esfuerza por inventar sus rutinas humorísticas, a Manuelito, con ese “sabio” manejo del lenguaje, en el cual trastroca los lugares comunes, logra que esas cadenas regionales alcancen buenos niveles de rating, que ya desearía para sí, la casi extinta Radio Rochela.
Lo cierto, es que la oposición se va desmoronando y la opción electoral sigue siendo para ellos el “lugar imposible”, y solo les queda la vía rápida, que también se les dificulta, pues si un “cuarto bate” como Baduel, no logró levantar el polvorín que se esperaba, todo lo contrario, su poco impacto, provocó que otros posibles disidentes se quedaran en el closet, “por ahora”. ”sino no fueran tan terribles nos darían lástima, si no fueran tan perversos, nos darían risa”, nos recuerda Serrat. Y es cierto, han sido tan payasos, tan manipuladores, y lo peor es que ¿cómo piensan ganarle por ejemplo a Aristóbulo en la Alcaldía Mayor de Caracas, con ese cadáver insepulto llamado Antonio Ledezma? ¿A Vielma Mora o Arias Cárdenas, con el delincuente de Gustavo Azócar? Y pare de contar.
Un consejo: búsquense algo mejorcito, o por lo menos caras nuevas. Aunque eso no es garantía, porque “líderes” como Jon Goicochea o Stalin González, los patarucos que huyeron de la Asamblea Nacional en el debate transmitido en cadena nacional, no sacan a un chivo a mear. Pobres ovejas, diría Renny Ottolina, quien si era un hombre de derecha inteligente. Tal parece ser que las excluyentes universidades privadas son capaces de producir cerebros brillantes, pues ellos forman a sus clientes, “hombres-máquinas”, buenos para producir dinero, pero jamás ideas creativas, y perdonen la redundancia.
La única arma que posee la oposición: la manipulación parece cada día menos efectiva, porque si bien es cierto, que el gobierno de Chávez, tiene sus errores, o mejor dicho muchos funcionarios corruptos e ineptos, no es menos cierto, que el pueblo ha recuperado la autoestima, el sentido crítico, el protagonismo, la participación, aunque con dificultades, el pueblo sabe que estamos en el camino correcto, y que en el camino se enderezan las cargas, y que la motivación al logro, la búsqueda del bienestar colectivo y la sociedad socialista, deben ser el norte, contrapuesto al egoísmo, a la explotación del hombre por el hombre, la sumisión a un patrón que se enriquece a costillas del sudor de sus semejantes. La lucha no es fácil, pero ya arrancamos, no será un camino lleno de flores, muchas espinas y abrojos, pero confiamos en que la sabiduría popular ponga en su sitio a quien tenga que poner, para que no solo sea el dinero proveniente de los altos precios petroleros, quienes sostengan el timón de este barco que salió de un puerto tenebroso, buscando aguas límpidas y serenas.
Mientras el PSUV, en un ejemplo inédito de ejercicio democrático, va a elegir desde su base a sus candidatos, de manera totalmente libre, y puede que el pueblo se equivoque con algunos de los candidatos, pero esos serán con quienes saldremos a defender este proceso que no puede ni debe tener marcha atrás. Pasarán los años y emergerán los auténticos líderes, y los oportunistas, a lo mejor pasarán a formar parte de la oposición, será inevitable, pero la ventaja que habremos tomado, permitirá hacer los ajustes necesarios, para que el poder popular se consolide y madure, y la gente por fin entienda que con una buena contraloría social, no hay corrupto que florezca.
“El café está servido”, decía nuestro inolvidable “Premier”: el primero de junio elegiremos a nuestros candidatos, el 5 los proclamaremos, y serán ellos junto con el resto de la militancia, quienes los llevaran a ocupar los lugares que les exige la historia. De ellos y la contraloría social depende que salgan por la puerta de atrás o cubiertos de gloria, como son nuestros deseos.
¿La oposición? Se guisará en su propia salsa, una salsa putrefacta llena de una pasado efímero al cual ningún venezolano honesto y patriota desea regresar.
(*)Militante del PSUV y del batallón de los invisibles.
pedroqueral@hotmail.com
Fidel Castro en mi tránsito vital.
Por: Pedro Querales Cordero.
No voy a hablarles de un hombre común
haré la historia de un hombre, de un animal de galaxia
es una historia enterrada, es sobre un ser de la nada
(Silvio Rodríguez)
En mi vida tuve dos etapas, o mejor dicho tres, con respecto a Fidel Castro, pero lo único cierto es que me ha acompañado toda mi vida de alfabeto. Primeramente, cuando se inició la campaña de “un bolívar para Cuba” cuando todavía los barbudos encabezados por Fidel, el Che, Cienfuegos, Raúl y todos aquellos jóvenes que marcaron el despertar de la historia en Latinoamérica.
Primeramente, cuando llegaron a La Habana, mi padre Silvestre, llevó a mi casa, y yo que he sido un devorador de libros toda mi vida, las hojeaba y contemplaba admirado como llegaban triunfalmente a La Habana, después de derrotar a la oprobiosa dictadura de Batista. Una imagen que nunca se me ha borrado es la del hijo de uno de los generales del depuesto dictador, quien tenía una colección de calaveras de los opositores al régimen y las usaba para sus “jueguitos de niño”.
La otra era una entrevista al comandante Fidel, con apenas 30 años, y a quien comparaban como demócrata con el sátrapa de Rómulo Betancourt, nuestro presidente para ese momento.
Luego, en su visita de agradecimiento al pueblo venezolano, quien recibió a Fidel en el aeropuerto fue el Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, pues por cuestiones de protocolo, por tener Castro Ruz rango de Primer Ministro, no lo podía recibir el presidente. Y luego el gigantesco mitín celebrado en la Plaza Caracas, si mal no recuerdo. Hasta allí duró la luna de miel, pues cuando en 1961, la revolución cubana se declaró socialista e inició la Reforma Agraria, y ya no se parecía a Betancourt, fue éste mismo que con su tristemente famosa “Doctrina”, la cual proponía no tener relaciones diplomáticas con ningún país dictatorial. Además de ello fue quien pidió la expulsión de Cuba de la OEA. También recuerdo que el canciller Ignacio Arcaya, en ese entonces, perteneciente a URD, se negó a ejecutar la orden betancuriana y renunció a su cargo, por lo que fue llamado el “Canciller de la dignidad”.
Naturalmente, por pertenecer el suscrito a una familia adeca, comenzamos a odiar a Fidel durante todo el resto de nuestra niñez, y recuerdo nítidamente a la famosa pitonisa, Jeanne Dixon, quien se hizo famosa por predecir las muertes de Juan XXIII y John Kennedy, todos los años daba como “fija” la predicción de la muerte de Fidel Castro. Naturalmente que cada año se daba su respectivo “culazo”.
Claro, en ese ínterin también aprendimos a odiar al Che Guevara, y a sentir lástima por el pueblo cubano, por contar con esa odiosa tiranía. Pero la verdad siempre aflora, y cuando nos tocó ir a estudiar a Barquisimeto, en 1972, ya como bachiller, y comienzan las clases en marzo de 1973, la profesora Zaida de Torres, es la primera que nos dice que en Cuba y en Viet Nam, hay unas revoluciones y que el socialismo es justo, y que el capitalismo es egoísta y nocivo para las civilizaciones, y comenzamos a ver al mundo de una manera diferente. Es para mí un año fundamental, porque en un transcurso de apenas 8 meses conozco en persona a Ali Primera, al “Gordo” Páez, a José Vicente Rangel, a Héctor Mujica con su imponente voz, al maestro Prieto Figueroa, y una serie de personas que nos enseñan que el mundo es diferente, y que hay una civilización por construir. Uno como todo principiante cree que todo eso se logra con hablar con la gente, con obras de teatro, con el canto popular, es decir, a través de la cultura, y desde esos días nos hemos casado con el movimiento cultural, el cual nos ha permitido conocer a personas realmente maravillosas, otras no tanto, pero como experiencia humana, ha sido un largo y hermoso camino.
Durante todo ese camino, Fidel Castro siempre ha estado presente, y la admiración que sentimos con ese “cojonudo” e inteligentísimo personaje no ha variado ni un ápice. A pesar de los errores que la revolución cubana puede tener, pero eso es otro asunto. Un pueblo que ha soportado 45 años de bloqueo criminal por parte de los EE. UU. No puede provocar otra cosa que admiración.
Luego nos toca conocer a los legendarios Douglas Bravo, Francisco Prada, Kleber Ramírez, y a los no menos admirados como Argelia Melet, Diego Salazar, a Elegido Sibada, el “comandante Magulla”, quienes también nos enseñan que el socialismo tiene que tener el rostro humano, donde lo más importante es la gente construyendo su destino, y no unas camarillas como las que se armaron en la Unión Soviética, y que culminaron con el derrumbe, no del socialismo, sino de esa óptica errada, en las cual “los haces luminosos” quienes todo lo saben y todo lo deciden.
Posteriormente, en 1992, surge un desconocido Hugo Chávez, de quien nunca habíamos oído nombrar, a pesar de que Adán Chávez, era militante del PRV-RUPTURA. Desde ese entonces, Venezuela comienza a ser otra, surge la esperanza, que se ve cristalizada apenas seis años y 10 meses después, en diciembre de 1998.
En nuestro programa “Contracorriente” que se transmitía por Radio Cabimas 1250 AM, nos dimos el lujo de ser los primeros en todo el estado Zulia, que entrevistamos a Hugo Chávez, inmediatamente después de ser sobreseído por el “eterno” Rafael Caldera. El 18 de diciembre de 1994, cuando encontramos a Hugo Chávez en Santa Marta, Colombia, éste venía de Cuba, donde culminó su visita en el teatro “Carlos Marx” de La Habana, y en el cual Fidel Castro lo recibió premonitoriamente con honores de jefe de Estado. Este hecho marca la visión cosmogónica de Fidel, cuando pudo vislumbrar que Hugo Chávez, no era “flor de un día”, sino que tenía la madera, aún sin pulir, para llevar a cabo todo ese vendaval de esperanza que recorre al planeta desde hace siete años.
En conversaciones con amigos siempre me pongo a sacar la cuenta de todos los mandatarios que han pasado por el mundo desde 1959: 9 presidentes norteamericanos, los períodos de la extinta IV República y los siete años de Chávez, cinco Papas, Un montón de primeros ministros británicos, miles de golpes de estado en los países del tercer mundo, y pare usted de contar. Hace apenas dos semanas presenciamos el discurso de Fidel, dos días después de que los eternos “pitonisos” de la ultraderecha anunciaban que estaba “entubado”. Alcanzamos a ver y oir la última media hora, y pudimos presenciar la claridad de pensamiento, la coherencia y todo ese cúmulo de datos que maneja como cualquier ingeniero, biólogo, economista, o cualquier otro profesional con un desparpajo que ya desearan muchos tener.
Todo ese ajetreo le pasó factura, y apenas ayer 31 de julio, delega por primera vez, el poder a un Consejo de representantes, y en su hermano Raúl Castro Ruz, la cabeza de la revolución. En Miami, las celebraciones de los gusanos no se hacen esperar, pero creo que les espera una gran sorpresa, hay Fidel para rato. Aunque alguna vez su alma abandone a su cuerpo, nada ni nadie le podrá quitar los revolucionao.
Y quienes creen que al irse Fidel, se derrumba el sistema, permítanme decirles que se pelaron, porque así como por años nos engañaron hablando de una oprobiosa y salvaje dictadura, como quieren hacer ver que existe en la actualidad en Venezuela, en la cual un pueblo, a veces a tropezones, a veces lidiando con los oportunistas y con los antiguos balandros de la IV República conversos y más chapistas que Chávez, estamos mirando y construyendo futuro con mucha fe, con mucha esperanza, y porque no decirlo: con muchos reales, que es el elemento que ha impedido en cierta medida que en Cuba la revolución no haya tenido los logros que nosotros en siete años estamos obteniendo.
Pero lo que es innegable es que el pueblo cubano, gramo a gramo, libra por libra, es un de los más capacitados, porque al igual que en Venezuela, las oportunidades se han abierto para todos quienes han querido hacerse profesionales capaces y con ganas de servir a su patria.
Es por eso, que hermanados, Cuba y Venezuela, avanzan hacia la verdadera liberación de los pueblos, que solo se logra cuando el fantasma de la ignorancia, la pobreza y la exclusión pueden ser derrotados.
Que viva por muchos años el comandante Fidel Castro Ruz, quien nos enseñó el camino y nos ha dado la poesía necesaria para creer que la humanidad si es capaz de labrar su propio destino.
pedroqueral@hotmail.com
lunes, 9 de junio de 2008
Manuelito Rosales, aquel que aprendió a tumbar árboles, porque no lo dejaban cazar iguanas y porque le hacían sombra a su grandeza.
por: Pedro Qurales
Al árbol debemos solicito amor
Jamás olvidemos que es obra de Dios
(Himno del árbol, Alfredo Pietri)
Yo me imagino que triste debe haber sido la niñez de quien fue conocido para la posteridad como el “filósofo del Zulia”, aquel quien con sus frases alegóricas tomadas del habla común y de los viejos pensadores, pero dándole ese toque personal que lo han convertido en un tipo gracioso, sin proponérselo. Y me atrevo a decir que tuvo una niñez triste, porque fue un cazador frustrado de iguanas y de machorros en su natal El Vigia.
De allí suponemos que le debe venir esa manía de mandar a talar cuanto árbol se le atraviesa, V.G. Plaza de Santa Lucía, Viejo Paseo Ciencias, Plaza Bolívar de Cabimas y ahora, los árboles de la plaza de Puerto Escondido, Municipio Santa Rita. ¿Las razones? Vaya a usted a saber, pero lo cierto, es que de los tala, los tala.
Yo no sé quien le ha dicho que tumbar árboles, también sirve para debilitar el gobierno de Chávez, puede ser su “brillante” Pablo Pérez, aunque no creemos que una mente tan lúcida necesite de asesores, está muy por encima de esas mediocridades.
Manuel Rosales nos recuerda aquella frase que expresó la madre del Dictador en “El Otoño del patriarca”, de García Márquez, viendo un desfile del día de la patria: “¡Ay, Dios, si he sabido que mi hijo va a llegar a Presidente, lo mando a la escuela”. Pero como cada quien busca su acomodo, y los adecos en su época de oro, cuando no encontraban donde poner a comer a sus militantes, les daban el cargo de profesor, bien de música, o bien de deportes, aunque confundieran el pentagrama musical con el alfabeto chino, o aunque no distinguieran entre el basquet y el volley ball, lo importante, era ponerlos “donde hay”, aunque él decía “haiga”. Desde ese Sur del lago, sale esa figura prominente, cuyo principal mérito consistió en hacerse apadrinar por Carlos Andrés Pérez, para combatir a los bachacos de Américo Araujo. Los golpes de suerte lo fueron llevando a escalar posiciones, pues en “el país de los ciegos, el tuerto es el rey”, llegando hasta el extremo de convertirse en el contendor del Comandante Chávez, en las últimas elecciones presidenciales.
Pero volviendo a lo que íbamos, su manía arboricida, que lo ha llevado tal vez a buscar su espacio en el libro de récords de Guinnes, para tratar de, por un lado extirpar los pulmones de las ciudades, y por el otro, tratar de minimizar la figura de Bolívar, construyendo esos mamotretos de plástico y fiberglass, en que ha convertido las plazas y parques del Zulia. Pero lo más cumbre, es que se atreve a desafiar las decisiones que el Instituto de Patrimonio Cultual, en la creencia de que se encuentra muy por encima del estado de Derecho, es decir, de las leyes que protegen el ambiente.
Hace días, fue multado por la cantidad de 46 millones, y el IPC ordenó la paralización de los trabajos de, no sabemos si “reacondicionamiento”, “remodelación” o “reconstrucción” de la plaza Bolívar de Cabimas, que de ser culminada, pasaría a formar parte de ese tipo de plazas en los cuales, la sombra de los árboles no son invitadas, pues su predilección por los arbustos y los faroles decimonónicos (pero de plástico), le aseguran que nunca será Director, ni curador de un Museo de Florencia, total, su fuerte, no es el arte sino el más fino pensamiento filosófico que llevará a los clásicos a revisarse, y posiblemente ser colocados en el ostracismo, es decir, en el olvido. Porque después que uno escucha una de esas frases que emanan debajo de nueva nariz, no le queda más remedio a uno que pensar, que Cantinflas si dejó heredero, que Sócrates y Platón, también, y que aquellos viejos forjadores de sueños, los enamorados del arte, tendrán que buscar una nueva forma de concebir su visión del hecho estético, y que aquel lugar de encuentro que eran las plazas públicas de los pueblos y ciudades, en horas del día, bajo la sombra de los árboles centenarios, mudos testigos de la historia viva de esas comunidades, ya no será posible, porque según el “piro piro”: “Con wisky de 18 años, se piensa “más” mejor”, y que no valdrán los “cantos de ballena”, “ni se le podrá pedir peras al horno, por los siglos de los siglos”.
Las nuevas iguanas deben estar conscientes que su lugar de refugio no serán las plazas públicas, porque habrán perdido su capacidad de mimetismo, mientras que Manuel Rosales, el propio “diente roto” zuliano, habrá “alcanzado las más altas cimas de la miseria”, como pregonaba Groucho Marx. Pero peor aún, quienes teniendo una inteligencia que se presume respetable, le rindan culto a este personaje, al cual todos se subyugan, incluido el embajador gringo. Y nos preguntamos: ¿No será que Manuelito ha encontrado la fórmula tan celosamente guardada de los Rosacruces? ¿O será que descifrólos viejos manuscritos del viejo Melquíades, hazaña que no pudo cumplir el emprendedor más grande de Macondo, José Arcadio Buendía? ¿O es que las futuras generaciones tendrán que rendirle culto a este ser innombrable, a este ser que parece extraído de las antiguas fábulas de los duendes? ¿Qué extraño poder le asiste, cuando se cree con el derecho divino de acabar con la vegetación en un estado tan caluroso como el Zulia?
Los lacayos, quienes se arrastran ante pequeñas o grandes prebendas, según sea el caso, ni siquiera razonan, sólo ven a ese Manuel que reparte dinero, becas, y machete a los árboles que ofenden su alta magistratura y que le hacen sombra a una figura que se perderá en el paso de los tiempos, como el único filósofo que odiaba a las palomas, a los cotoperices, a las matas de cabimos, de mamón, los apamates y hasta los samanes, por subersivos y por cobijar bajo sus sombras a El Libertador y a Hugo Chávez, yo creo que ahí está la clave del misterio.
Definitivamente, el día que dieron la clase del “Himno del árbol”, Manuelito no fue porque andaba cazando iguanas.
pedroqueral@hotmail.com
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