Verdaderamente,
Nunca fue tan dura la vida
Como cuando Manuel Rosales
Vivió exiliado en el Perú
(Pedro Querales, parafraseando unos versos de Aquiles Nazoa)
La verdad es que no deja de darme lástima la situación que vive Manuel Rosales en ese duro exilio que la “dictadura” de Chávez lo ha sometido, lo tiene viviendo en el Perú o en Lima, como a ustedes les parezca mejor. En una entrevista dada a El Nacional, dice que “pasa su tiempo trabajando en asuntos personales, dedicándose a la actividad política y “ganándose la vida con mucho esfuerzo”, además de ocuparse de Venezuela.”
Hago un esfuerzo de imaginación y lo veo en varios escenarios:
1. Ayudando a los palafreneros del hipódromo de Lima, levantándose de madrugada, para obtener aunque sea para el desayuno.
2. Posteriormente se va al mercado Municipal, a “caletear” (con eso alcanza para el almuerzo).
3. Después de comer algunos mendrugos de pan con mortadela, se pone su traje de mendigo y se va a la catedral a martillar a los turistas, para obtener algo para su escuálida cena.
4. Luego, se a su pensión de mala muerte en la que tiene dos meses de atraso en el pago de la pequeña renta, a ocuparse de Venezuela y ver como salimos de esta tiranía.
Obviamente, con una vida tan dura, tan amarga, supongo que a las reuniones que realiza en Panamá va un doble, alguien que se le parezca, y la gente cree que es él. Con todo no me cabe duda que Manuel Rosales, “el filósofo del Zulia”, no es más que una víctima de este reeeeegimen, opresor, fraudulento, capatahuellístico, regala plata, montador de plantas nucleares, terrorista internacional y defensor de las verrugas en la frente. La preocupación por Venezuela se nota cuando se expresa, luego de proooooofundas reflexiones:
“Yo soy un luchador social. Sería el primer presidente que ha ocupado todas las posiciones (concejal, diputado, alcalde, Gobernador) hasta llegar allá. (le faltó decir cargamaletín de Benigno Velásquez, esa cita es mía, jejejej). Eso nunca ha ocurrido en Venezuela. Siempre participando, ganando, perdiendo. Pero frente a candidatos de Chávez nunca he perdido como tres revolcones, le voy a dar el cuarto ahora. Soy un demócrata de convicción, de vocación y estructural.”
Para una persona que trabaja tan duramente para comer, con una esposa “suman cum laude” lejos, debe ser duro no sentir el calorcito de una mujer, una sopita de auyama, unos pataconcitos de los que ella le hacia tan sabrosos, con bastante mayonesa y salsa de tomate.
De verdad que lo compadezco.
Con respecto a sus planes presidenciales, como estadista (bueno, estadista no, debe ser paisista, porque es el país no el estado):
“Mantendría los programas sociales de las llamadas misiones sociales, la mayoría de concepción clientelista, pero que ayudan a las economías flacas del país. Yo crearé nuevos programas sociales, vamos a acabar con la violencia, la división, con el desencuentro. Hay que estructurar un país en el camino de la paz, la democracia, la libertad y la justicia social. Eso es fundamental para la Venezuela que aspiramos construir.”
No puedo evitar que me venga a la mente Leon Trosky, exiliado en México y escribiendo a diario, sobre como organizar a los pueblos oprimidos, mientras Stalin preparaba la manera como salir de él.
Seguimos con los ejercicios de imaginación, con respecto a los nuevos programas sociales que él crearía:
- Pensión para todos los jugadores de caballos, carga de la burra, ajiley, par ley, pico pico, queto, y todas esas derivaciones del azar, para proteger a quienes han perdido sus familias, sumidos en el aguardiente, las mujeres y la ludopatía.
- Ley de protección social al corrupto desconocido, a todo aquel que ha defraudado los fondos públicos y que ha tenido que marcharse del país para no enfrentar a la justicia, se hace perentorio, una vez desalojado el tirano de Sabaneta.
- Otra más, y no decimos otra para que los “chavecistas” no le roben las ideas: “que todos los cargamaletines de la IV República sean exaltados al salón de la Fama de la corrupción. Más novedosa no puede ser la idea.
Al ser interrogado sobre la política petrolera del presidente Chávez, agrega:
“-No recibimos nada. Lo que recibimos es algo pírrico en comparación al valor del
petróleo que regalamos. Son regalos para sostener al régimen y la economía ineficiente de Castro. Los 100.000 barriles diarios de crudo no van para el pueblo de Cuba, que es víctima de la opresión. Eso lo negocian y comercializan para actividades ideológicas en otros países”
(Revisando los archivos este humilde servidor descubre que por culpa de Chávez, estamos cobrando 100 dólares por el barril de petróleo, mientras que la acertada política de Luis Giusti, lo tenía a siete dólares. (y me doy cuenta que Rosales tiene razón).
Rezo a diario para que Manuelito regrese.
La risa también volverá a nuestro serio rostro.
La rochela se lo agradecerá.
(*)Presidente Fundación Comunitaria la Misión