Si el mundo fuese claro, el arte no existiría.
Albert Camus
He tenido la suerte que la vida me ha colocado en donde debo estar.
Desde que aprendí a leer, a los seis años, no he dejado de hacerlo, y confieso con mucho orgullo, que es mi vicio favorito. Y luego, con los años, y lentamente, se me ha dado por escribir. Y como dice el refrán: “Dios los cría y ellos se juntan”.
Benedetti, dice que el desvelo social conduce a la cultura.
Claro, que sí. Desde el momento en que nos dimos cuenta que este mundo era muy injusto como estaba concebido, nos fuimos sumando a los pares, en los que también creían que podía haber un mundo mejor. El camino va decantando y muchos de nuestros prohombres, que admiramos por su valentía y claridad revolucionaria, se los fue tragando la historia y su amor por lo material, y nos dimos cuenta que su discurso, solo era una especie de cortina de humo para esconder otras intenciones.
Pero no hay mal que por bien no venga.
Hemos ido conociendo gente muy interesante, y con el tiempo nos hicimos amigos, compañeros de camino, militantes de los sueños. Hoy es día 10 de mayo. Y hace 122 años nació uno de los genios de la pintura venezolana, Armando Reverón, el mago de la luz, el de Juanita y Castillete, “el que cuando vivo no valía, de bellas artes, ni hablar” según Ali Primera. Y como les decía, tenemos la suerte de ser amigo de muchos artistas plásticos. Algunos como Rafael Vargas, Luis Sánchez, barbero además, Pedro Oporto, Margarita Soto, Blanco Aparicio, Petra Navarro, la gran promotora que fue la doctora Flor Romero, y el gran Emerio Darío Lunar, quien precisamente, ganó el premio “Armando Reverón”, en 1989, cuando se cumplieron los primeros cien años del nacimiento del gran “titiritero”, ya nos dejaron, pero por eso dicen que “la vida es corta y el arte es largo”. Su obra les trasciende y permanecen vivos gracias al cromatismo y a sus propuestas estéticas.
También hemos sido amigos de Omar Patiño, desde nuestra niñez común, de Alexis Ochoa, Nilsson González, Rodrigo Barrios, Enrique Colina, Aldemaro Romero, Oscar Farías, Elsie Arratía, Rafael Chirinos, Freddy Escobar, cochabambino con pasantías en Cabimas, con nexos indelebles con nuestra tierra, Lucidio González, Miguel Rivero, Marcelo Bermúdez, Lisando Urdaneta, Mario Arias, Angel Chirinos, Edison Díaz, Mirian Franco, Susana Gallardo, Ismaldo Vargas, José Lunar Lira, Miguel Leal, y me perdonan, los que faltan pues ya mi memoria no es la misma.
Con ellos hemos compartido muchas exposiciones, noches de bohemia, discusiones, peleas, en fin todo lo que un ser humano vivo y creativo comparte, pues siempre se ha pensado que los artistas son gente rara. Claro que lo son, no faltaría más. Sino no me atrevería a llamarlos mis amigos y sentir respeto y cariño, por ellos.
El artista plástico, cuando baja de su mundo y comparte con nosotros, los simples mortales, nos hace un gran honor, y más allá de los naturales defectos del género humano. Se atreve a hacerle guiños a la vida con sus naturales excesos, excentricidades, arranques de cordura y el arte de la levitación, sin la cual no fueran sino simples sombras que pasan por la vida.
Por eso, hoy 10 de mayo, estamos invitados a ese reencuentro con las cosas hermosas que nos da la vida, sin la cual nos sentiríamos desolados, por no existir el elemento transformador del arte, de la poesía, de la literatura, de la escultura, del teatro, del canto.
Entonces, díganme amigos lectores: ¿serán capaces de mezquinarme el alto privilegio de conocer a tanta gente que se atreve a ser artista, a sabiendas que sería más fácil, pero banal, buscar una ficha blanca en PDVSA, y “garantizarle el futuro a la familia, beber bastante y jugar caballos además”, pero que luego de morir, al tercer día después de la última noche y lágrimas, nadie más se acuerde de él o ella, a no ser los primeros de noviembre, si es que encuentran su tumba?. ¿por qué? Bueno, sencillamente, porque prefirieron el apego a los placeres mundanos (mosca, y no es que los artistas no lo tengan, claro que sí). Pero que nunca tuvieron ante sí, un lienzo en banco, una pared (Aunque fuera para escribir un graffitti), o en sus manos un pincel, una paleta y una espátula. seleccionar el tema, la técnica, los materiales y todo aquello que constituye el hecho creativo de dar a luz una obra de arte.
Vamos a estar, claros, no todos lo logran, pero vale un potosí el intento.
Feliz día a los artistas plásticos que conozco, que conocí, que estoy por conocer, y a los que nunca conoceré.
Ustedes me han enseñado que en nuestras vidas no debe haber paredes desnudas.
Pedro Querales C.
C. I. 3.638.188
Presidente Fundación Comunitaria La Misión